miércoles, 29 de abril de 2009


Es necesario apartarse de la orilla para iniciar el viaje a la interioridad,es un viaje que empieza cada día en el silencio de la respiración que apacigua las turbulencias interiores y el alocado galope de la mente por los parajes del recuerdo y la imaginación, contaminados de angustia y ansiedad.
No es necesario estar perdido para buscar el camino, pero es ineludible examinar el recorrido y descifrar los mensajes recibidos paso a paso para aprender la sabiduría de la incertidumbre que conduce al sendero de la felicidad. Ser navegante en el mar de posibilidades, recorriendo la seleccionada ruta y llevar hasta buen puerto las cargas adquiridas, es tarea inevitable del que se aventura a recorrer la existencia. Y aunque las velas estén caídas porque aún sopla recio el viento en contra, que nunca muera la esperanza preparando el momento de levar anclas a la hora de emprender de nuevo el viaje.
Baje las velas hace apenas unas horas para volver a acercarme a la orilla, aun tengo los pies sucios,como en un intento de resistirme a la vuelta no me he duchado sigo con las chanclas y la ropa puesta diambulando de un lado a otro apoyando la nariz de vez en cuando sobre mi brazo y respirando fuerte,aun huelo a pacifico. La bola de pelo a vuelto a ocupar su lugar en mi garganta y el corazon vuelve a resentirse por el letargo que supone la vuelta, bum bum, bum bum, despacio que cada vez duele mas...